Tras el escrutinio de más del 99 por ciento de los votos de las elecciones presidenciales y legislativas en Turquía, el presidente, Recep Tayyip Erdogan, recabó el 49,4 por ciento, y su principal oponente un 44,95 por ciento; un resultado mejor de lo esperado para el jefe del Estado, a quien los últimos sondeos situaban en desventaja.
En cambio, a la oposición, que el domingo afirmaba estar “en cabeza”, estas cifras le sentaron como una ducha fría. “Si nuestra nación dice segunda vuelta, nosotros absolutamente ganaremos en la segunda vuelta”, sostuvo este lunes (15.05.2023) de madrugada Kemal Kiliçdaroglu, que lidera una amplia coalición de seis partidos opositores, afirmando que “la voluntad de cambio en la sociedad es más grande que el 50 por ciento”.
Erdogan, reelegido en 2018 en la primera vuelta de las presidenciales, también compareció el domingo por la noche ante una multitud de simpatizantes. “Creo sinceramente que seguiremos sirviendo a nuestro pueblo en los próximos cinco años”, lanzó Erdogan, que lleva desde 2003 en el poder.
Además, su formación, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamoconservador), parece estar en condiciones de conservar su mayoría en el Parlamento. En las últimas semanas, Erdogan hizo varias promesas electorales destinadas a frenar la fuerte inflación que azota el país y que parecía jugar en su contra.
Batalla de cifras “hasta el final”
Los 64 millones de electores turcos acudieron masivamente a las urnas, llevando la tasa de participación provisional a casi el 90 por ciento. Hasta bien entrada la noche, ambos bandos libraron una batalla de cifras, instando a sus observadores respectivos a permanecer en los lugares de recuento de votos “hasta el final”.
El bando de Kiliçdaroglu no tardó en refutar las primeras cifras, que daban una cómoda ventaja a Erdogan, afirmando que los resultados de los colegios electorales más favorables al candidato de la oposición todavía no habían sido contabilizados por los múltiples recursos presentados, que ralentizaron el escrutinio.
El resultado de la segunda vuelta dependerá en parte de un tercer hombre, el nacionalista Sinan Ogan, que recabó cerca del 5% de los votos el domingo. De momento, todavía no llamó a sus simpatizantes a votar por ninguno de los dos candidatos.
Turquía forma parte de la OTAN y se encuentra en una ubicación estratégica -tiene una costa en el Mar Negro al norte y limita con Irán, Irak y Siria al sur- y las elecciones despertaban un gran interés sobre si el país seguiría bajo el control de un presidente cada vez más autoritario o si podría tomar una senda más democrática defendida por Kilicdaroglu.