A menos de 72 horas de la toma de posesión presidencial en Venezuela, el clima político sigue marcado por la controversia y la incertidumbre. El resultado electoral del 28 de julio de 2014, en el que el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó a Nicolás Maduro como ganador, continúa generando críticas, ya que no se han mostrado las actas respaldatorias, mientras que la oposición asegura tenerlas y denuncia irregularidades.
En este contexto, Maduro firmó un decreto presidencial para activar las Organizaciones de Defensa Integral (ODI), un movimiento que ha sido interpretado por críticos como una medida para consolidar su control político y reforzar la estructura chavista. Las ODI están concebidas como redes de organización ciudadana vinculadas al gobierno, cuyo objetivo oficial es la defensa del territorio y la soberanía.
La oposición y diversos sectores de la sociedad han señalado que la activación de las ODI podría estar orientada a silenciar el descontento popular y limitar las protestas, que han escalado tras las denuncias de fraude. Mientras tanto, organismos internacionales observan con atención los acontecimientos en el país, con llamados a la transparencia y al respeto de los derechos democráticos.