“¿Es un pájaro? ¿Es un avión? No, es un dron repartidor”. Esta va a ser, seguramente, una de las bromas más recurrentes en las calles uruguayas a finales de año, cuando los primeros drones ‘delivery’ circulen por el cielo llevando alimentos, medicamentos y otros productos livianos.
Luego de convertirse en la primera empresa en poder hacer entregas con drones en el país suramericano, Drone.uy ensaya con paquetes de entre dos y cinco kilos en el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU), donde esta idea futurista se está convirtiendo en realidad.
Por ahora, los envíos con drones solo se llevan a cabo con empresas colaboradoras, pero la intención de la compañía es probarlos en los próximos meses en algunos barrios privados y abrir el negocio en distintos países latinoamericanos en los próximos años.
Repartos más democráticos y verdes
“Es un sistema que alcanza y democratiza a la sociedad, porque te hace llegar servicios que antes no te estaban llegando”, afirma en una entrevista a EFE Diego Silva, cofundador de Drone.uy, que considera que este nuevo ‘delivery’ funciona “muy bien” en comunidades aisladas.
El funcionamiento es sencillo: una persona genera un pedido a través de una aplicación, se crea una ruta automática al lugar donde se encuentra la plataforma del dron, que sale volando a entre cinco y siete metros del suelo y, cuando llega a su destino, baja el paquete por un cable, lo deja y vuelve a su base.
Las entregas se llevan a cabo en un radio de cinco kilómetros y los clientes reciben sus pedidos en unos 25 minutos.
Silva señala que otro de los beneficios del ‘delivery’ con drones es que es “más verde”, ya que tres aeronaves de entregas al año supondrían “una tonelada de dióxido de carbono que no se está enviando”.
“Eso nos interesa: tener una logística adecuada a lo que quieren las personas, es decir, entregas limpias y sin crear problemas dentro de la ciudad”, apunta el programador, a las puertas de que su proyecto pase a la acción a finales de año, de momento en algunos barrios privados.