Los incendios forestales que aún arrasan el condado de Los Ángeles han cobrado al menos diez víctimas mortales y destruido más de 10.000 estructuras, mientras los equipos de bomberos se enfrentan a un reto colosal en su intento por contener el desastre. La situación empeora debido a los fuertes vientos que siguen avivando las llamas.
Kristin Krowley, jefa del Departamento de Bomberos de Los Ángeles, expresó su conmoción por la magnitud de los incendios, señalando que en sus 25 años de carrera nunca había presenciado algo tan devastador. “Nuestros bomberos están absolutamente cansados, pero les digo, nunca, nunca se rendirán”, afirmó Krowley en una rueda de prensa.
El jueves, se sumaron dos nuevas víctimas mortales a las cinco reportadas previamente, que se encuentran en el epicentro del incendio en Palisades, una zona residencial de alto valor donde el precio promedio de las propiedades supera los tres millones de dólares. El fuego ha destruido más de 5.000 viviendas y ha consumido un total de 8.084 hectáreas.
Aunque los bomberos han logrado contener el 6% del incendio, la batalla aún está lejos de concluir. El Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California (Cal Fire) continúa trabajando incansablemente para sofocar las llamas, mientras la comunidad lucha por superar una de las tragedias más destructivas que ha afectado la ciudad en las últimas décadas.