Las cumbres nevadas de la estación suiza de Davos acogen desde este lunes una nueva reunión anual del Foro Económico Mundial, una cita que reúne a la flor y nata de los dirigentes políticos y empresariales que debatirán sobre los enormes desafíos geopolíticos y económicos, desde la guerra de Ucrania a una posible recesión.
Por primera vez desde el inicio de la pandemia, esta 53º edición, totalmente presencial, del Foro de Davos vuelve a su calendario habitual, en pleno invierno alpino, en este pueblecito inmortalizado por Thomas Mann en “La montaña mágica”.
Como entonces, la enfermedad y la guerra sobrevuelan el ambiente, con los coletazos de la pandemia de coronavirus y la invasión rusa de Ucrania a punto de cumplir un año, pero además con temores de que este año 2023 traiga una recesión global.
Horas antes de empezar la reunión, una encuesta realizada por el Foro Económico Mundial reveló que dos tercios de los ejecutivos responsables de corporaciones y grandes firmas internacionales creen que habrá una recesión global en 2023.
Los líderes del sector privado que participaron en el análisis reconocieron que planean recortar costes significativamente en respuesta al entorno económico negativo.