En los próximos diez años, el cambio climático y sus consecuencias medioambientales supondrán la mayor amenaza para la humanidad. Esto revela el nuevo Informe de Riesgos Globales 2023 publicado por el Foro Económico Mundial el pasado 11 de enero. En un sondeo en el que participaron 1.200 expertos de todo el mundo en septiembre y octubre de 2022, las amenazas globales de índole medioambiental monopolizan las preocupaciones de los encuestados.
El fracaso de la mitigación y de la adaptación al cambio climático, las catástrofes naturales y el colapso de los ecosistemas ocupan los primeros cuatro lugares en función de la severidad que revestirán para la seguridad mundial hacia 2030. Según el estudio, estos riesgos emergentes podrían derivar en una “policrisis” en la que converjan escenarios de escasez de recursos naturales, conflictos geoeconómicos, migraciones masivas involuntarias y polarización social.
En lo que va de la presente década, en cambio, la pandemia y la invasión de Rusia a Ucrania dieron paso a una lista de preocupaciones más propias del pasado. En una perspectiva más cortoplacista de dos años, los mayores peligros de desencadenar una crisis mundial están relacionados al costo de vida, la inflación, la seguridad alimentaria y energética, las guerras comerciales y hasta el espectro de la guerra nuclear, problemas que décadas de progreso ya habían tratado de resolver.
Mientras la atención colectiva del mundo se pone en “modo de supervivencia” por las crisis actuales, los recursos para afrontar las amenazas emergentes como el cambio climático se desvían a otras necesidades más inmediatas. También queda relegada la agenda tecnológica de los derechos digitales, aunque los riesgos derivados de la ciberseguridad seguirán siendo una preocupación constante en la próxima década.