Carlos Roberto Bacchini, el acompañante terapéutico que trató a Diego Armando Maradona días antes de su fallecimiento, declaró este jueves en el juicio por su muerte y aseguró que el ídolo fue aislado por su entorno más cercano.
Bacchini apuntó directamente a Maximiliano Pomargo, asistente de Maradona, y a Jonathan Espósito, sobrino del exfutbolista, como quienes filtraban las llamadas y evitaban que el Diez se comunicara libremente.
“Yo siempre veía que Johny y Maxi atendían el teléfono y decían: ‘El Diez está descansando’. Diego preguntaba quién llamaba, pero nunca le decían”, declaró.
Este testimonio coincide con lo expresado por Gianinna y Dalma Maradona ante el tribunal. Gianinna relató que su padre intentó llamarla, pero su número había sido reemplazado en el celular de Diego. Dalma, por su parte, denunció que fue repetidamente impedida de visitar a su padre, bajo órdenes de Matías Morla, abogado del astro.
“Me decían que estaba dormido. Yo estaba con mi hija en el auto y no me dejaron entrar”, contó Dalma, agregando que Pomargo se excusaba diciendo: “Tengo órdenes de no dejarte entrar”.
Bacchini también reveló que Maradona no permitía el ingreso de los enfermeros a su habitación y que su medicación era suministrada por el sobrino o la cocinera. Asimismo, el acompañamiento terapéutico fue interrumpido el 13 de noviembre, a pedido del propio Diego, según indicó su jefe.
“Maradona no manifestó molestias conmigo. Estaba bien, se dejaba ayudar”, afirmó Bacchini.
En paralelo, la audiencia que incluía la declaración del psicólogo Carlos Díaz fue suspendida debido a un pedido de recusación contra la jueza Julieta Makintach, por un supuesto conflicto de intereses ligado a un documental. El tribunal rechazó la moción.
Son ocho los imputados por homicidio simple con dolo eventual, delito que contempla hasta 25 años de prisión. Entre ellos figuran el médico Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Díaz, personal médico y coordinadores de la empresa Swiss Medical.