El regreso de Venezuela al Sistema Interamericano de Derechos Humanos (IDH), propuesto por el presidente colombiano, Gustavo Petro, sería un paso en la dirección correcta, pero, según algunas opiniones, requeriría de un compromiso real por parte de los líderes venezolanos.
La vicepresidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Esmeralda Arosomena, ve «posible» el eventual regreso del país, pero subraya que se necesita de la voluntad del actual gobierno para llegar ahí.
Que Venezuela pusiera fin en 2012 a su vínculo con el Sistema IDH no quiere decir que «no haya vuelta atrás», aseguró la abogada en entrevista con EFE: «Creo que se puede hacer un trabajo de reconocimiento de esa institucionalidad que en su momento rompió».
Petro abogó esta semana en Washington frente al Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) por esa vuelta y aseguró en declaraciones a EFE que el Gobierno de Nicolás Maduro quiere hacerlo.
El pasado noviembre, Maduro dijo que estaba evaluando «con mucha seriedad» la propuesta de su homólogo colombiano de formar parte nuevamente del Sistema IDH, pese a que opina que está «permeado de intereses imperialistas de Estados Unidos».
La salida de Venezuela se produjo cuando en 2012, bajo el gobierno de Hugo Chávez, el país denunció la Convención Americana de Derechos Humanos (CADH), que originó ese Sistema, acusándola de ser un «brazo del imperio de EE.UU.» y de sabotear a los gobiernos progresistas.
Arosomena, quien lidera el trabajo de la CIDH sobre Venezuela, aclaró que no ha sido consultada sobre la propuesta de Petro.
La comisionada señaló, sin embargo, que solo se necesita una «manifestación de voluntad» de Maduro para «restablecer los vínculos» con la OEA y con el Sistema IDH, que está integrado por la CIDH y por la Corte IDH.
Tanto la Comisión como la Corte son los órganos encargados de hacer cumplir la Convención Americana de Derechos Humanos (CADH), que se firmó en 1969 y está ratificada por 23 países. La Comisión elabora informes y da recomendaciones a los gobiernos sobre los derechos incluidos en esa convención, y la corte emite sentencias y tiene una función jurídica.
Hasta ese eventual regreso, el trabajo de la Comisión encabezada por Arosomena está centrado de momento en conectar con organizaciones de la sociedad civil venezolana.
«Venezuela tiene una situación particular y a pesar de estos desafíos (…) hemos establecido un mecanismo especial de seguimiento para poder estar en contacto con la sociedad», enfatizó la letrada.
Una serie de países, incluyendo Estados Unidos, han expresado su negativa a que países como Venezuela, Cuba o Nicaragua vuelvan a formar parte del Sistema IDH.
La vicepresidenta de la CIDH considera que el único impedimento al respecto debería ser la voluntad de los dirigentes de las naciones que se han alejado de la organización.
«Lo democrático es la participación, la posibilidad de tener opinión publica y el reconocimiento de que hay distintas posicione. Eso es lo que bastaría para que estos países pueden entrar», subrayó la abogada.
Reflejo de la distancia existente es la negativa que el Gobierno venezolano dio a una visita de la CIDH a Venezuela en 2020, cuando esta había sido invitada al país a petición de un representante del líder opositor Juan Guaidó.
Entrada de Venezuela, siempre y cuando cumpla con la CIDH
Expertos en materia de derechos humanos señalaron a EFE que un reintegro de Venezuela al Sistema IDH sería beneficioso, siempre y cuando el país cumpla con las recomendaciones de la CIDH.
«Si es cierto que Petro ha logrado ese compromiso (…) es una acción y un paso en la dirección correcta», apuntó la presidenta de la Oficina en Washington para Latinoamérica (WOLA), Carolina Jiménez.
En su opinión, lo más importante sería que en cuanto se pueda formalizar el reintegro haya un «compromiso real con el cumplimiento de las recomendaciones y las sentencias que se emitan» sobre Venezuela.
En esto coincide Michael Shifter, experto del centro de pensamiento Diálogo Interamericano, quien recalcó que «la situación» en Venezuela es «dramática» y que todas las acciones regionales deben buscar «mejorar las condiciones».
«En principio la idea está bien, siempre y cuando el propósito sea que Venezuela empiece a cumplir sus obligaciones», subrayó.
El exsecretario ejecutivo de la CIDH Paulo Abrão, quien dirigió el organismo entre 2016 y 2020, celebró a su vez los esfuerzos de Colombia por intentar el regreso de Venezuela y culpó a la «fallida gestión diplomática» de la OEA de la salida del país.
«El eventual retorno sería una noticia muy importante para restituir al pueblo venezolano, de manera incuestionable, la cobertura protectora de las normas interamericanas de DH», concluyó el abogado.