La embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, se comprometió el miércoles a llevar el tema del encarcelamiento del obispo nicaragüense Rolando Álvarez ante la ONU.
Durante su testimonio en una audiencia del Congreso de EEUU, Thomas-Greenfield fue consultada por reporteros sobre la situación de Álvarez, de 56 años, quien se encuentra recluido en una celda de máxima seguridad en Managua, tras haber sido condenado por la justicia nicaragüense a 26 años de prisión.
“Sé que la embajada está absolutamente involucrada con esto y sé que el buró para el hemisferio occidental está involucrado, pero, en Nueva York, puedo asegurarles que también yo estaré involucrada”, dijo la diplomática sobre el obispo Álvarez.
El obispo Rolando Álvarez es un destacado religioso nicaragüense y crítico del gobierno de Daniel Ortega, cuya administración es señalada de violar los derechos humanos.
Tras la excarcelación de más de 222 presos políticos en Nicaragua, al obispo se le ofreció salir del país, según una versión brindada por Ortega, sin embargo el religioso se rehusó a tomar esa decisión sin antes consultar con la Conferencia Episcopal.
“El que no se quiso montar en el avión fue el personaje Álvarez”, dijo Ortega. “Estaba haciendo la fila y al llegar a las escaleras [del avión] empieza a decir que él no se va, que primero tendría que hablar con los obispos. Una cosa absurda, la decisión era del Estado, él no lo podía cuestionar”.
Un día después, la justicia nicaragüense adelantó un juicio en su contra y se le condenó a 26 años de cárcel por varios delitos, entre ellos conspiración, propagación de noticias falsas y obstrucción de funciones agravadas; de igual forma fue inhabilitado de por vida para ejercer cargos públicos.
El Vaticano y varios gobiernos del mundo han demandado la liberación de Álvarez, y han pedido a Ortega que respete la libertad religiosa en el país centroamericano.