Ante las crecientes presiones sobre el agua derivadas del aumento de la demanda de consumo, el incremento de la contaminación y el cambio climático, los líderes mundiales, la sociedad civil, las empresas, los jóvenes y otras partes interesadas se reúnen en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua 2023, que se celebra del 22 al 24 de marzo en la sede de la ONU en Nueva York, con el fin de asumir compromisos audaces para hacer frente a la crisis mundial del agua. La sesión coincide con el Día Mundial del Agua.
En un comunicado emitido esta mañana, el Secretario General de la ONU se refirió a la Conferencia sobre el Agua como “un momento crucial para que los Gobiernos nacionales, las autoridades locales y regionales, las empresas, los científicos, la juventud, las organizaciones de la sociedad civil y las comunidades unan sus fuerzas y para que diseñen conjuntamente soluciones destinadas a obtener agua limpia y saneamiento para todos e inviertan en ellas”.
Durante la sesión de inauguración, António Guterres destacó el papel vital del agua para procurar “la supervivencia y el bienestar humanos y para el desarrollo económico y la prosperidad de cada país”, un preciado recurso cuya disponibilidad va en disminución.
“Gota a gota, este precioso recurso vital está siendo envenenado por la contaminación y absorbido por una sobreexplotación insaciable, y se prevé que la demanda de agua supere a la oferta en un 40% al final de la década”, explicó el líder de la ONU.
Guterres destacó cuatro medidas a tomar en cuenta para asegurar el acceso universal al agua: políticas públicas eficaces y colaboración intergubernamental; invertir masivamente en sistemas de agua y saneamiento; y la resiliencia e innovación, dando con soluciones e infraestructuras resistentes y adecuados para la conservación del medio ambiente y la protección del agua.
Finalmente, el jefe de la ONU hizo referencia a las consecuencias del cambio climático y sus efectos sobre el ciclo natural del agua, asegurando que agrava las catástrofes, la escasez y las sequías, al tiempo que causa daños a las infraestructuras, la producción de alimentos y las cadenas de suministro.
En este sentido, Guterres instó a los gobiernos del G30, empresas e inversores a “romper con la adicción” a los combustibles fósiles y adoptar las energías renovables, y así limitar el aumento de la temperatura a 1,5 grados centígrados.
Voluntad política y cooperación
Por su parte, el presidente de la Asamblea General, Csaba Kőrösi, instó a trabajar “en favor de las personas y el planeta, no de la dilación y el beneficio. Incluso en tiempos de creciente división geopolítica”.
El presidente destacó la necesidad de dar con soluciones innovadoras y aseguró que alcanzar la seguridad hídrica “empieza por la voluntad política, la inteligencia económica y la tolerancia y aceptación culturales. El reconocimiento de lo que nos ha llevado a la crisis del agua y la comprensión de la naturaleza integrada de las soluciones que necesitamos”.
Kőrösi hizo un llamamiento a crear una “cultura financiera común” que sea inteligente con el agua, el clima y la biodiversidad y políticas integradas a nivel local, nacional y mundial que fomenten la cooperación. “Podemos trabajar juntos para capacitar a los Estados y a las partes interesadas a través del sistema mundial de información, que es nuestro seguro de vida para resolver el dilema de la disponibilidad, la demanda y el almacenamiento del agua”.
“Tenemos que acordar un pacto de educación para asegurarnos de que disponemos de los conocimientos, la sabiduría y la nueva forma de pensar, para concebir y aplicar una agenda integrada sobre el agua, el clima, la energía y los alimentos”, añadió.