Un megaoperativo desarticuló un brazo de la banda acusado del asesinato en territorio chileno del disidente venezolano Ronald Ojeda. La Fiscalía de Chile asegura que la orden del crimen se originó en la cúpula chavista.
“Lo que afirma el fiscal Barros tiene sustento en la evidencia, no es solo una opinión que esté construida sobre la base de una simple especulación”. Quien habla es el fiscal nacional de Chile, Ángel Valencia, y de lo que habla es de un detalle de la investigación que lleva adelante el fiscal Héctor Barros por el secuestro y asesinato del teniente disidente venezolano Ronald Ojeda, del que se responsabiliza a un brazo del Tren de Aragua. Y ese detalle es que la orden de matar a Ojeda, un tenaz opositor al régimen de Nicolás Maduro, habría llegado desde las altas esferas en Caracas.
La fiscalía chilena dice tener indicios de que el pago y las instrucciones para acabar con la vida de Ojeda, que en Chile contaba con el estatus de refugiado político, venían de altas autoridades, e incluso ha salido a la palestra el nombre de Diosdado Cabello, número dos del chavismo y actual ministro del Interior de Venezuela.
El fiscal Valencia ha dicho que la investigación sobre la participación de Cabello está abierta y que resulta “irrelevante ser una autoridad de un Gobierno extranjero, porque si ha cometido un delito bajo las leyes chilenas, la fiscalía chilena lo va a perseguir”. El subsecretario del Interior, Luis Cordero, consideró “plausible” la tesis de la Fiscalía y el Gobierno advirtió que podría recurrir a la Corte Penal Internacional si se confirma que Cabello tuvo algún rol en la organización del crimen. La ministra del Interior, Carolina Tohá, se expresó en términos similares.
“Creo que las policías y la Justicia de Chile están actuando con mucha cautela, seriedad y dando pasos firmes en este caso. Han ido haciendo revelaciones cuando parecen tener pruebas concretas. También se trata de un país con independencia de poderes, no creo que una ministra y un fiscal general hagan afirmaciones tan graves a la ligera. De cualquier manera, es importante que presenten las pruebas”, dice a DW la periodista venezolana Ronna Rísquez, autora del libro “El Tren de Aragua. La banda que revolucionó el crimen organizado en América Latina”.
Diseminados por América
“El Tren de Aragua originalmente era una banda de presos que operaba desde la cárcel de Tocorón. Hoy es una federación de diferentes bandas, algunas de las cuales tienen vínculos con algunos de los fundadores, otras utilizan el nombre de la franquicia y otras son simples imitadores. La mayoría de estas bandas son autónomas, si no totalmente ajenas a la dirección original del Tren de Aragua”, revela a DW Jeremy McDermott, cofundador y codirector del centro de análisis Insight Crime, intentando explicar qué es realmente este grupo.
“A la fecha, se sigue reportando presencia y operaciones de miembros del Tren de Aragua en Chile, Colombia y, recientemente, en México. La presidenta de Perú dijo que allá ya los desmantelaron, el de Ecuador los declaró grupo terrorista, pese a que nunca había reconocido su presencia en el país”, apunta Rísquez. “Hay indicios de que están también en el estado de Roraima, en Brasil, y en Bolivia, aunque no se diga mucho”, agrega.
Esto explica por qué el megaoperativo desplegado en Chile el 22 de enero de 2025 para desarticular a la facción acusada del crimen de Ojeda fue coordinado con Costa Rica, Colombia y Estados Unidos. En este último país se logró la captura de “El Turco”, líder de la facción de la banda en Chile y uno de los presuntos organizadores del crimen de Ronald Ojeda. “Hay presencia de miembros del Tren de Aragua en más de 20 estados de Estados Unidos, eso está confirmado”, dice Rísquez. “Lo que no se sabe es cuántos son y si se trata de una operación coordinada desde Venezuela por los jefes de la pandilla”.
¿Extraditarlos a Venezuela?
Curiosamente, el mismo día del megaoperativo por el caso Ojeda, la Fiscalía de Venezuela pidió la extradición de todos los criminales del Tren de Aragua detenidos en otros países “para que sean implacablemente procesados” por la Justicia venezolana. El subsecretario chileno Cordero contestó que no había razones, a su juicio, para atender la solicitud venezolana, toda vez que se trataba de criminales capturados por delitos cometidos en suelo chileno.
“Muchos de estos hombres ya estuvieron presos en Venezuela y justamente por eso ahora Chile está padeciendo las consecuencias de las fallas del sistema penitenciario y de justicia de Venezuela”, dice Rísquez. “Por otra parte, la presencia de esos detenidos en Chile, desde el punto de vista de la investigación, es posible que ayude a desmantelar esas facciones del Tren de Aragua y a impedir que sigan con sus operaciones en ese país”.
Al igual que Ecuador, Estados Unidos también considera organización terrorista al Tren de Aragua, gracias a una orden ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump apenas asumió el mando, el 20 de enero. Para McDermott, Insight Crime, esto “fue más una decisión política que una basada en la capacidad de la banda para operar de forma unificada dentro de Estados Unidos”. Sin embargo, concede que “designar al Tren de Aragua de este modo proporciona a las autoridades estadounidenses más herramientas para hacer frente a los delincuentes venezolanos, la mayoría de los cuales se describen ahora como pertenecientes a la banda”.