Una nueva caravana de migrantes partió este lunes 2 de diciembre del sur de México hacia Estados Unidos con la esperanza de llegar al país del norte previo a que el republicano Donald Trump asuma la presidencia.
Una columna de migrantes avanzó por la mexicana Tapachula, en Chiapas, fronteriza con Guatemala, poco antes del amanecer del lunes 2 de diciembre para enfilarse a la carretera.
“Hay que apresurar el paso, no sabemos qué medidas vaya a tomar” Trump, dice el venezolano Alexander Altuve, de 38 años.
Trump, ganador de las elecciones del 5 de noviembre, prevé declarar el estado de emergencia en Estados Unidos y recurrir al Ejército para llevar a cabo “la mayor operación de deportación” cuando asuma el 20 de enero próximo.
La caravana, que es la tercera desde las elecciones en Estados Unidos, está integrada principalmente por venezolanos, la mayoría jóvenes, además de familias con niños pequeños.
“Hemos decidido caminar porque en nuestro país la situación está muy, muy crítica (…) Decidimos hacer esta caminata para buscar un futuro mejor”, comentó de su lado José Luis Fernández, un cubano de 35 años.
El magnate, de 78 años, califica de “invasión” la entrada de migrantes sin visa y amenaza con aplicar aranceles de 25% a las importaciones mexicanas si el Gobierno de Claudia Sheinbaum no contiene el arribo de extranjeros sin papeles.
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, conversó telefónicamente con Trump el pasado miércoles para exponerle la estrategia de México para atender el fenómeno migratorio y el combate a las drogas.
Durante la llamada, la mandataria le comentó a Trump que las caravanas ya no llegan a la frontera gracias a la acción de las autoridades mexicanas.
Los migrantes organizan habitualmente estas movilizaciones para presionar la entrega de salvoconductos que les permiten luego avanzar por cuenta propia en territorio mexicano, sin temor a ser deportados.
México es el principal socio comercial de Estados Unidos, adonde envía poco más de 80% de sus exportaciones.
Ante el endurecimiento de las políticas migratorias, las amenazas de Trump y los riesgos de cruzar clandestinamente, los migrantes buscan ingresar a Estados Unidos mediante una cita con la aplicación CBP One, que permite pedir el asilo formalmente.
Los encuentros con migrantes indocumentados en la frontera bajaron de 250.000 en diciembre de 2023 a casi 54.000 en septiembre pasado, según cifras oficiales estadounidenses.