Fitch Ratings, una de las más grandes calificadoras de riesgo con impacto mundial, mejoró la calificación de largo plazo de Costa Rica, de incumplimiento de emisor (IDR) en moneda extranjera y moneda local de ‘B’ a ‘BB-‘, manteniendo una perspectiva estable.
La firma argumenta que la calificación otorgada a Costa Rica refleja una fuerte mejora estructural de su posición fiscal y la relajación de limitaciones del gobierno para financiar su presupuesto, con la aprobación del programa de emisiones en el mercado internacional y el acceso sostenido a préstamos multilaterales, que aliviaron aún más las restricciones financieras y los altos costos de endeudamiento.
La reconocida agencia sostiene que la aplicación estricta de la regla fiscal representa un cambio importante tras una década de deterioro que impulsó un fuerte aumento de la relación deuda/PIB, y señala que el gobierno superó sistemáticamente los objetivos fiscales incluidos en el servicio ampliado del FMI (EFF) acordado en 2021 por un amplio margen.
Sólidos indicadores de gobernanza, mayor desarrollo económico, ingreso per cápita muy por encima de sus pares, un modelo económico centrado en las empresas de alto valor añadido, actividades manufactureras y de servicios; estabilidad macroeconómica y fuertes flujos de Inversión Extranjera Directa (IED), son otros reconocimientos que Fitch Ratings hace a Costa Rica, como explicación de la mejora en la calificación.
El 23 de febrero anterior, también la agencia estadounidense de servicios financieros Standard and Poors (S&P) subió las calificaciones crediticias soberanas de largo plazo, en moneda local y extranjera, para Costa Rica de “B” a “B+”.
La calificadora S&P señaló para el país, sólidos resultados fiscales y una perspectiva estable, es decir, que la ejecución fiscal se mantendrá encaminada los próximos años y aseguró que Costa Rica “superó su primer superávit fiscal primario (sin intereses) en más de una década con un robusto plan para mejorar los ingresos y contener los gastos”.