Jaled Meshal, líder político de la rama siria de Hamás, exiliado en Damasco y uno de los fundadores del grupo terrorista, llamó ayer a los musulmanes de todo el mundo a hacer una ‘jornada de ira’ este viernes y aplicar la yihad islámica (guerra santa) a nivel global, lo que sonó como una peligrosa amenaza a todas las comunidades judías del planeta. En 2002, Meshal se atribuyó el atentado de dos kamikazes de Hamás que asesinaron a cuatro soldados de Israel, y en 2006 fue responsable del secuestro de Gilad Shalit, militar israelí cuyo rescate provocó la aparatosa y sangrienta Operación Lluvia de Verano.
Los gobiernos de la Unión Europea han tomado nota, entre ellos España, y han adoptado medidas para tratar de evitar incidentes tras el llamamiento de Meshal a «mostrar enojo, especialmente el próximo viernes, en países musulmanes y también entre la diáspora musulmana en todo el mundo».
La misma mañana que comenzó el ataque terrorista de Hamas, el Ministerio del Interior, a la luz de los informes de los servicios de Información de la Policía y la Guardia Civil, ordenó reforzar la seguridad de la Embajada de Israel y la de todos sus intereses estratégicos, además de los centros de reunión de la comunidad judía en nuestro país.
El llamamiento del líder de Hamás obliga a estar más alerta a las Fuerzas de Seguridad, ya que los actos de protesta pueden ser secundados por elementos antisistema de extrema izquierda que se han posicionado claramente con los palestinos. Además, la dureza de la respuesta israelí puede movilizar a más personas contra los intereses de ese país en España.