La Real Federación Española de Fútbol ha comunicado este martes al seleccionador de fútbol femenino, Jorge Vilda, su destitución. El madrileño pone así fin a ocho años al frente de la selección femenina de fútbol y de la dirección deportiva de la sección femenina, y lo hace apenas unas semanas después de que la selección ganase el Mundial celebrado en Australia.
La decisión estaba tomada desde que el pasado lunes 28 de agosto se reunieran en Las Rozas los presidentes de todas las Federaciones territoriales, pero no ha sido hasta este martes cuando el presidente, Pedro Rocha, se ha visto con Vilda para comunicarle la decisión. “Una de las primeras medidas de renovación anunciadas por el presidente”, anunció la RFEF en un comunicado donde pone “en valor su intachable conducta personal y deportiva, siendo una pieza clave en el notable crecimiento del fútbol femenino en España”.
En su lugar, la organización planea darle la oportunidad a una mujer, con Sonia Bermúdez, seleccionadora sub’19, y Montse Tomé, hasta ahora ayudante del técnico, como principales candidatas.
La destitución de Vilda llega después de los polémicos aplausos de apoyo a Luis Rubiales durante su intervención en la Asamblea tras el beso no consentido a Jenni Hermoso en la final del Mundial.
La situación de Vilda era insostenible. Señalado por esos aplausos, señalado también por la renovación verbal que le anunció un desaforado Rubiales en la Asamblea del pasado 25 de agosto, lo peor era el anuncio de más de 80 futbolistas profesionales, entre ellas todas las que fueron campeonas del mundo, de que no volverían a la selección mientras no cambiasen las cosas, que era tanto como decir que no volverían mientras Vilda estuviera al frente.