Tomás Páez, sociólogo y autor del libro «La Voz de la Diáspora Venezolana», recordó que hasta el mes de abril, han salido del país 8.200.000 venezolanos.
Explicó que sigue saliendo mucha gente de Venezuela y se está reestructurando el flujo migratorio.«Tenemos 6 meses en estancamiento económico y la gente necesita sobrevivir, tenemos problemas de servicio y eso augura que la diáspora no dejará de crecer» añadió.
Páez indicó que la migración venezolana tiene muchos profesionales de alto nivel con mucha experiencia, además ha demostrado que aporta al crecimiento de los países que los acoge.
«El compromiso de los venezolanos está demostrado y el interés por Venezuela en el proceso de recuperación está más que evidenciado en las más de mil organizaciones que trabajan en distintos ámbitos sociales para la reconstrucción del país. Esto es distinto a una primaria» acotó.
Recordó que el país tiene más de mil niños apátridas, altos costos del pasaporte, problemas con la fe de vida y quien se ocupe de estos problemas gana terreno.
Por su parte, Gustav Brauckmeyer, politólogo, investigador y director ejecutivo de Equilibrium Cende – Centro Para El Desarrollo Económico, advirtió que la situación en Venezuela en materia económica ha estado muy golpeada influyendo en el replanteamiento de la migración por parte de muchas familias.
«Veremos más apuestas por Europa o países más desarrollados» señaló.
Indicó que los procesos de estabilización, integración y establecimiento de medios de vida en los países de acogida no ha sido fácil y para alguien en el extranjero con estas situaciones pensar en una primaria está en segundo y tercer plano.
Brauckmeyer destacó que los flujos están cambiando y que si bien siguen saliendo, ha cambiado el perfil y el lugar
«Muchos están yendo a México desde Perú, están saliendo más mujeres, niños y adultos mayores. El impacto sigue siendo positivo, pero eso va a aumentar entre más medidas de integración haya. Los países donde hay políticas de regularización más eficientes, es donde se encontrarán caminos más lógicos para aprovechar el impacto migratorio» dijo.
Resaltó que esta no es la realidad de la mayoría de los países de acogida.