Una bacteria verde, petróleo, desechos y cloacas “colonizan” el Lago de Maracaibo

Una cinta amarilla prohíbe el acceso a la playa de un espacio dedicado al ecoturismo, kayak, windsurf y ejercicios varios, Fitlosophy, en la costa norte del Lago de Maracaibo, Venezuela. “Peligro”, se lee repetidamente, en letras negras. Detrás de ella, una capa verde y maloliente se extiende en agua y arena, entre desechos y manchas negras y espesas.

La escena parece un monumento a la contaminación en el lago más grande de Venezuela, uno de los más extensos de América Latina y el segundo más antiguo del mundo, con prácticamente todos sus ingredientes posibles: botellas, latas y vasos de vidrio o plástico se esparcen entre el verdor, curtidos por el petróleo.

Un pez de más de 2 kilos, un bagre, se explaya sin vida en la orilla. El oleaje verdoso golpea su cuerpo, colmado de rastros del mismo tinte. “Es una bomba de tiempo, estamos atentando contra la biodiversidad del lago”, reprocha, irritado, Adelso Pineda, director de la empresa de ecoturismo, de 36 años, mientras lo levanta con una mano para mostrarlo.

Sus empleados y él mismo limpian esas orillas a diario, pero los vientos y el oleaje las redecoran casi instantáneamente con residuos petrolizados y ese verdor, que predomina entre los 13.000 kilómetros cuadrados del lago desde el año pasado.

Contaminación Lago de Maracaibo en Venezuela

 

Ambientalistas, investigadores y comunidades advierten que esa mancha verde es el último de los grandes problemas del estuario. La llaman “verdín”.

Se trata de una acumulación de cianobacterias, un organismo microscópico capaz de extenderse fácilmente y cubrir grandes extensiones en la superficie, que puede liberar toxinas y causar “serios daños” a las especies del lago, precisa el profesor y director de investigación de la fundación El Zulia Recicla, Nicolino Bracho.

“El crecimiento de esta microalga se debe al exceso de nitrógeno y fósforo que hay en algunas zonas, en su mayoría proveniente de las descargas de aguas residuales y de las productoras de camarones y cangrejos”, explica a la Voz de América.

Esa bacteria se da un festín en el Lago de Maracaibo, aseguran los especialistas.

“Se alimenta de desechos orgánicos vertidos, como agroquímicos y tóxicos, el petróleo, aguas cloacales. Tiene allí muchísimo nitrógeno y fósforo” en un ambiente húmedo y cálido, que favorece su crecimiento, detalla a la VOA, por su parte, el director de la ONG Azul Ambientalista, Gustavo Carrasquel.

Según el vocero, con estudios en educación ambiental, esa bacteria en forma de alga “tiene un crecimiento desproporcionado”. “Está colonizando al lago”, alerta.

Pineda, desde la playa de su negocio, cuenta que ha debido cambiar varios de sus equipos por las consecuencias de ese material viscoso. También, ha debido suspender sus viajes diarios en kayac hasta la boya 4 del Lago de Maracaibo.

Durante los primeros tiempos de la pandemia, por el COVID-19, entre 2020 y 2021, cuando se paralizaron las industrias petroleras, camaronera, piscicultura y de cangrejos del Lago de Maracaibo, asegura, “las orillas eran cristalinas”.

En Fotos: Contaminación en el Lago de Maracaibo
Galería de fotosEn Fotos: Contaminación en el Lago de Maracaibo

El peligro del “verdín”

El “verdín” bloquea la entrada de oxígeno y luz al Lago de Maracaibo. Provoca un estancamiento del agua que termina generando un olor nauseabundo, como el que han denunciado desde junio pescadores y residentes del norte de la ciudad.

Hace 11 años, hubo reportes en la prensa de su presencia en ese cuerpo de agua del occidente de Venezuela. El “verdín” es un fenómeno distinto a la lemna, una planta acuática que copó las superficies del lago marabino a principios de siglo.

El Observatorio para la Tierra de la NASA publicó en septiembre de 2021 imágenes satelitales del Lago de Maracaibo donde se observaban remolinos verdinegros en toda su extensión, que entonces se encontraba “asfixiada con mareas negras y algas”, según los hallazgos de esa investigación científica.

El informe demostró la presencia excesiva de algas, la sedimentación de sus ríos y las fugas de aceites e hidrocarburos de la industria petrolera.

Varios científicos y ambientalistas calificaron aquella descripción como una “tragedia” económica, ambiental y de salud pública, según un reportaje de BBC.

Un pez bagre, de unos 2 kilos de peso, yace muerto en una de las orillas norte del Lago de Maracaibo, en Venezuela, recubierto de una bacteria llamada "verdín".
Un pez bagre, de unos 2 kilos de peso, yace muerto en una de las orillas norte del Lago de Maracaibo, en Venezuela, recubierto de una bacteria llamada “verdín”.

Abundancia de suciedades

La cuenca del Lago de Maracaibo, rica en crudo, ha sido explotada desde hace más de 1 siglo, desde 1914. Expertos e investigadores calculan que bajo su superficie existen miles de kilómetros de tuberías petroleras, avisando que sus averías y fugas se han multiplicado en los últimos años.

“Fue alguna vez una fuente de gran abundancia, particularmente de hidrocarburos y peces (…) ahora, el Lago de Maracaibo es mayoritariamente abundante en contaminación por fugas de aceites y exceso de nutrientes”, advirtió la NASA en su texto, Aguas turbulentas, fundamentado en imágenes de su satélite Aqua.

El mes pasado, la organización Mapache Ecoaventura denunció la existencia en el Lago de una mancha de “entre 3 y 5 kilómetros” de petróleo por presunta fuga.

Se hizo viral en redes sociales y chats de mensajería directa el video de una plataforma industrial mientras vertía cientos de litros de crudo al agua. En otro, un aficionado compartió la grabación de un caimán cubierto por completo de petróleo.

Reportaje de VOA

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