En enero de este año, Camerún eliminó a 32 jugadores de su selección masculina Sub-17 por superar los 18 años. En 2016, casi la mitad de la selección Sub-17 de Nigeria fue expulsada de un partido clasificatorio para la Copa Africana de Naciones por el mismo motivo.
También en Europa, hay dudas sobre la edad de varios jugadores africanos, entre ellos, el camerunés Youssoufa Moukoko, del Borussia Dortmund, o el gambiano Bakery Jatta, del Hamburgo SV. Si bien tales acusaciones a menudo están teñidas de racismo, los jóvenes futbolistas africanos siguen estando afectados por el fraude en lo que respecta a su edad.
Resonancia magnética de la muñeca
Las federaciones de fútbol, ante la carencia de datos fiables, recurren cada vez más a la resonancia magnética de la muñeca de los futbolistas para poder determinar su edad.
Así lo hace la Federación de Fútbol de Camerún (FECAFOOT), dirigida por el camerunés Samuel Eto’o, exestrella del Barcelona, que quiere prohibir posibles trampas con la edad en el equipo de ese país para la Copa Africana Sub-17 de abril en Argelia.
Las resonancias magnéticas muestran hasta qué punto se ha desarrollado el cartílago cerca de los extremos de los huesos largos, la llamada placa de crecimiento, hasta que se transforman en material óseo. Este proceso suele tener lugar, en los hombres, entre los 18 y los 19 años.
“No se puede confiar en los pasaportes”
Según la FIFA, citando un estudio realizado por su Centro de Investigación y Evaluación Médica publicado en el British Journal of Sports Medicine en 2007, si el cartílago epifisario de la muñeca está cerrado, hay un 99 por ciento de probabilidad de que el jugador sea mayor de edad. Sin embargo, en algunos círculos médicos no confían del todo en dicho método.
“Sabemos que esta prueba no siempre es precisa”, dice a DW Chuka Onwumechili, profesora e investigadora de Deportes en la Universidad de Howard, Washington, “pero parece ser el mejor de todos los métodos, porque no se puede confiar en los pasaportes”.
La riqueza y la fama del fútbol profesional seducen a muchos jóvenes de procedencia humilde, quienes pueden caer en manos de agentes y funcionarios sin escrúpulos. La carencia de registros digitales, en muchos países africanos, permite a dichos agentes indicar una edad menor. De esta manera, tienen más oportunidades en clubes de Europa y en las ligas de EE. UU. y Asia.
“En Ghana, usamos ahora tarjetas de identificación ghanesas, conectadas con la mayoría de nuestras instituciones gubernamentales, para controlar el fraude de edad”, explica Ernest Yeboah Acheampong, investigador de deportes y salud en la Universidad de Educación en Winneba, en la capital, Accra.
El investigador advierte que “las federaciones tampoco deberían aceptar más declaraciones juradas para respaldar un cambio de nombre y edad. En el momento en que estas se hacen, hay un problema, y la persona que las presenta está probablemente queriendo engañar”. Muchas veces ni siquiera los padres de los adolescentes se enteran de lo que les están haciendo a sus hijos, asegura.
Brecha en el rendimiento
Acheampong investigó a 55 futbolistas profesionales ghaneses entre 1994 y 2014. Este demostró que muchos jugadores alcanzaron su máxima capacidad de rendimiento y y calificaciones entre los 20 y los 24 años. Después, su capacidad disminuyó, lo que podría se un indicio de discriminación por la edad. Contrastando con eso, el rendimiento de los futbolistas europeos entre los 20 y los 30 años fue constante.
Debido a que el engaño sobre la edad está tan extendido, este fenómeno se usa cada vez más para explicar la brecha entre las actuaciones de los equipos juveniles y las selecciones nacionales africanas. Los equipos africanos han ganado siete Copas del Mundo en el nivel Sub-17 (Nigeria cinco; Ghana dos), y Ghana también ganó la Copa del Mundo Sub-20 de 2009. Según el Informe de migración en el fútbol de 2019 del Centro Internacional de Estudios Deportivos (CIES), esos dos países de África occidental representan el 50 por ciento de los futbolistas africanos que juegan en las grandes ligas internacionales.
Sin embargo, los éxitos de los equipos juveniles nunca pudieron repetirse en la selección nacional. Los cuartos de final de Ghana en la Copa del Mundo de 2010 y las semifinales de Marruecos en la Copa del Mundo de 2022 en Qatar fueron los mejores logros para los equipos africanos.”Cuando a los jugadores africanos les va bien en el nivel juvenil, muchos de ellos van a Europa. Entrenan allí con algunos de los mejores clubes de Europa, entonces, ¿por qué eso no los ayuda en las selecciones de sus países?”.
Mientras no se puedan encontrar soluciones deportivas concretas a estas preguntas, la brecha entre el éxito juvenil y el del equipo nacional en los países africanos permanecerá. Y a menos que esos países prioricen la recopilación digital de datos que sean fácilmente accesibles para su verificación, es posible que el fraude de edad continúe.