El veto migratorio de Donald Trump contra nacionales de 12 países –en su mayoría africanos y asiáticos– y las restricciones parciales a otros siete, es “discriminatorio, racista y completamente cruel”, según denunció este jueves Amnistía Internacional.
“Señalar a las personas por su raza, religión o nacionalidad, en especial si provienen de países con población negra, de piel oscura o musulmana, es discriminación racial bajo el derecho internacional de derechos humanos”, afirmó Agnès Callamard, secretaria general de la ONG.
Callamard advirtió que este veto impone “sufrimiento extremo” a personas que huyen de guerras y violaciones masivas de derechos humanos, especialmente ahora que el asilo en la frontera estadounidense está casi desmantelado.
La medida viola obligaciones legales internacionales en materia de protección a refugiados, sostuvo la organización.
El veto total afecta a países como:
Sudán, Libia, República Democrática del Congo, Yemen, Eritrea, Birmania, Irán, Afganistán, Haití, Chad, Guinea Ecuatorial y Somalia.
También hay limitaciones severas para los ciudadanos de:
Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y el gobierno de Maduro en Venezuela.
“Este veto se basa en el racismo y la xenofobia, no en la seguridad nacional”, insistió Callamard, quien reiteró que Amnistía Internacional seguirá luchando por un mundo donde todos sean tratados con dignidad, sin importar su origen, religión o color de piel.