A una semana de la salida de los cinco opositores venezolanos refugiados en la embajada de Argentina en Caracas, el gobernante Nicolás Maduro rompió el silencio con una burla dirigida a lo que la líder María Corina Machado denominó como la “Operación Guacamaya”.
Durante un acto en Miraflores, con motivo del Día Nacional de la Familia —instaurado por decreto presidencial—, Maduro ironizó el operativo de escape diciendo:
“Mira, las guacayamas están con nosotros. La operación guacamaya ha sido un éxito, pero mira es que las guacamayas viven en Miraflores. Ya las guacayamas llegaron a Miraflores, qué bellezas esas guacamayas.”
Rescate
El 6 de mayo, la dirigente opositora María Corina Machado y el senador estadounidense Marco Rubio celebraron la salida del país de Magalli Meda, Claudia Macero, Pedro Urruchurtu, Humberto Villalobos y Omar González, miembros del partido Vente Venezuela, quienes estaban refugiados en la sede diplomática desde marzo.
Machado bautizó el operativo como la “Operación Guacamaya”, en honor a las aves que sobrevolaban la sede diplomática y que los asilados solían alimentar, en medio del encierro.
Hasta ahora, el único vocero oficial que había hecho referencia directa a la salida fue Diosdado Cabello, ministro de Interior y Justicia, quien aseguró que la salida fue fruto de un acuerdo con el gobierno de Miraflores.
A pesar del silencio inicial de Maduro —coincidiendo con su visita oficial a Rusia—, en Venezuela continuaron las represalias: se allanaron las viviendas de Meda y Villalobos, se confiscaron bienes familiares y se produjeron detenciones vinculadas al entorno opositor.
El Comité de Derechos Humanos de Vente Venezuela denunció la detención de familiares de uno de los choferes de Machado y el arresto de un presunto “coyote”, acusado por el chavismo de haber facilitado la salida clandestina de Claudia Macero.
