A lo largo de la historia de la Iglesia Católica, la duración de los cónclaves para elegir al nuevo papa ha variado ampliamente, desde procesos que apenas duraron unas horas hasta otros que se extendieron por más de dos años. Sin embargo, en tiempos recientes, la elección del sucesor de San Pedro ha tendido a resolverse con relativa rapidez.
El caso más breve se remonta a 1503, cuando Julio II fue elegido pontífice en apenas unas horas. A él se le atribuye haber encargado a Miguel Ángel la decoración de la Capilla Sixtina, precisamente donde este miércoles iniciará un nuevo cónclave.
En el otro extremo, el proceso más prolongado fue el que culminó con la elección de Celestino V en 1294, tras 27 meses de deliberaciones marcadas por profundas divisiones entre los cardenales. Curiosamente, Celestino no era cardenal antes de ser electo.
Durante los últimos siglos, los cónclaves han durado, en promedio, entre dos y cinco días. A continuación, un repaso por los más recientes:
- León XIII (1878): Elegido al tercer día y cuarto escrutinio.
- Pío X (1903): Cinco días, siete escrutinios. Fue el último cónclave con derecho de veto por las monarquías católicas.
- Benedicto XV (1914): Cuatro días, diez escrutinios.
- Pío XI (1922): Cinco días, catorce escrutinios.
- Pío XII (1939): Dos días, tres escrutinios. Coincidió con su cumpleaños número 63.
- Juan XXIII (1958): Cuatro días, once escrutinios.
- Pablo VI (1963): Tres días, seis escrutinios.
- Juan Pablo I (1978): Elegido en solo 26 horas, con cuatro escrutinios.
- Juan Pablo II (1978): Dos días, ocho escrutinios. Fue el primer papa no italiano en más de cuatro siglos.
- Benedicto XVI (2005): Segundo día, cuarto escrutinio. Renunció en 2013, el primero en hacerlo en casi 600 años.
- Francisco (2013): Elegido en el segundo día, al quinto escrutinio. Fue el primer papa latinoamericano y el primero jesuita.
El cónclave que comenzará este miércoles está rodeado de altas expectativas, tanto dentro como fuera del Vaticano, especialmente tras el fallecimiento del papa Francisco el pasado 21 de abril. Con 133 cardenales electores llamados a votar en la Capilla Sixtina, la historia continúa escribiéndose.