¡Ah mundo, Venezuela!

 Por Luis Beltrán Guerra

A lo largo de la historia y no sabemos si desde 1845, pero si hasta hoy, a la España conquistadora, cuando se le cita, acostumbramos a adjetivar como la “Madre Patria”. Para llegar al régimen de libertades de enero de 1958 los esfuerzos tomaron tiempo y enormes sacrificios

s incuestionable que la humanidad desde hace ya algún tiempo “no las ha tenido todas consigo”, expresión que, conforme a una lingüística simple, apunta “a determinados escenarios en relación a los cuales se duda de un buen resultado”.

Se lee que la locución “¡Ah mundo!” deriva de la suerte del jugador de naipes cuando carece de las barajas para ganar la partida. El dilema pasa por “providencias transcendentales”, tanto en lo interno, como en lo internacional. Por lo que se mora en un escenario “aguzado”. Y de allí el título de este ensayo.

En el contexto latinoamericano ha de expresarse que a Caracas desde 1958 se le gobernó mediante “una democracia constitucional”, después de un largo camino tipificado en las tentativas siguientes: 1. Primera República, a raíz de la denominada Revolución del 19 de abril de l810, 2. Segunda República que se inicia en agosto de l813, terminando en diciembre del 14, periodo calificado como “Guerra a muerte”, 3. Tercera República, 1817 hasta diciembre de 1819, nombrada “Gran Colombia”, intentos a raíz de haberse separado Venezuela de España, independencia convenida por esta última el 30 de marzo de l845 como suscrito entre los dos países.

A lo largo de la historia y no sabemos si desde 1845, pero si hasta hoy, a la España conquistadora, cuando se le cita, acostumbramos a adjetivar como la “Madre Patria”. Para llegar al régimen de libertades de enero de 1958 los esfuerzos tomaron tiempo y enormes sacrificios.

El historiador venezolano Jesús Piñero cuestiona la apreciación de que la democracia ha sido una excepción en nuestra historia. No niega que el caudillismo y el militarismo han sido fantasmas que nos han perseguido, pero puntualiza 1. Si nos acercamos a la historia es cierto que constataríamos “la preeminencia del sector armado sobre el civil” y 2. No obstante, mirando a la sociedad en su conjunto percibiremos “a una ciudadanía movilizada en procura de sus derechos”. El académico, en apoyo a su tesis, adiciona que desde que se declaró la independencia política en julio de 1811, los venezolanos hemos ensayado la democracia desde diferentes formas.

Pone de relieve, asimismo, “una búsqueda incesante por más de dos siglos”, pero que prosigue. El XIX, para Piñero, no es un período marcado solo por el caudillismo. Es también un esfuerzo por una nación con sus bases en el liberalismo y el federalismo. Y en lo concerniente al XX no puede ocultarse el ambiente para hacer de una “república maltrecha” una democrática. El devenir que se inicia con la Constitución de 1961, después de 40 años, confronta serios inconvenientes. Negarlo no deja de ser una utopía.

“El desasosiego de la democracia”

En las Américas “el desasosiego de la democracia”, en criterio de Carlos Sánchez Berzaín, Director Ejecutivo del Interamerican Institute for Democracy, mora, también, en Colombia, México, Bolivia y Nicaragua. Si entendemos bien a una de las figuras más destacadas del gobierno democrático del “Estado Plurinacional”, que presidiera Gonzalo Sánchez de Lozada, la metodología se alimenta en actividades no del todo ortodoxas. El politólogo concibe a Cuba como la cuna de las estrategias para implantar “el socialismo del Siglo XXI” (en criterio de sus mentores). “Una democracia participativa que sustituya a la representativa, camino para concebir al hombre como un ser social, apuntarle al pleno desarrollo humano, crear un nuevo modelo económico y alcanzar un alto grado de descentralización”, Álvaro Hamburger, Revista de Relaciones Internacionales, Estrategia y Seguridad, Universidad Militar, Bogotá, Colombia), cuya puesta en práctica contradice un “capitalismo” sustentado en la denominada “economía de mercado (como se lee, “al intercambio de bienes y servicios entre individuos, quiénes se acuerdan con respecto al producto o servicio y precio). Pero, adicionalmente, arraigada, incluyendo a países, como China, en esencia, “ya no tan comunista” (Socialismo a lo Mao, suele escucharse).

La pregunta concierne al “¿Qué hacer?”, la cual deja ver con la inteligencia que le caracteriza el excandidato presidencial chileno Ricardo Israel en un enjundioso ensayo que titula “Trump, Venezuela y Cuba ¿Cuán profundos serán los cambios?”. El escenario no es nada sencillo, como se infiere de los razonamientos del PHD en Ciencia Política de Essex, quien sin embargo, finaliza su columna expresando “Todavía resuenan las palabras pronunciadas por Martin Luther King en la década de los 60 que para ‘hacer lo correcto, siempre será hoy el momento indicado’”.

Genio, “el líder de color”, quien no tuvo la suerte de percibir el resultado de sus luchas, cuya seguridad pareciera haberla expresado en su histórica expresión “I have a dream”.

En nuestra conversaciones con el académico Israel, hemos de manifestar que le menciono a Don Andrés Bello, quien dejó sus huellas, tanto en Caracas, como en la “Patria de Bernardo O’Higgins”. Fue un luchador por una Venezuela republicana, evidencia de lo cual es que la Junta del 19 de abril de 1810, lo envía a Inglaterra con Simón Bolívar, dónde, tal vez, no para su sorpresa, se entera de la ruptura de lo acordado en Caracas en 1812, o sea, dos años después de la providencia de abril, concerniente a la creación de una república, quedando Don Andrés sin encargo por cumplir. Y a partir de esa fecha inicia un viacrucis que lo lleva a Chile donde se destaca en diferentes áreas, incluyendo el Código Civil.

Simón Bolívar regresa, por el contrario, a Caracas, a incorporarse a una larga lucha por la independencia, un proceso militar y político que se inicia en l810 hasta l846. Después de la independencia, no puede negarse, como en la mayoría de los países de América Latina y la Central, a los venezolanos nos ha costado más de lo usual para estatuir con seriedad un régimen democrático. En su mayoría creyentes en un ser superior, miramos al cielo implorando un presente y futuro mejor. Que la “Divina Providencia” coopere, es el grito de muchos.

Este ensayo sería incompleto si no tomamos en cuenta lo que le aconteció a la democracia en Venezuela a partir de enero de 1958, a raíz del derrocamiento de la dictadura, de la cual, como está escrito, se sale mediante “la acción conjunta de las fuerzas armadas y una repulsa civil casi unánime expresada en las calles”.

Un régimen, que en su fase más personal y agresiva, mandaba al país desde 1952 y cuyo origen había sido “un golpe de Estado” contra un gobierno electo popularmente, pero duramente cuestionado.

Las promesas de los actores políticos con respecto a las expectativas populares, incluyendo, a los partidos, generaron “un ambiente no favorable a las demandas”, incurriéndose así en una de las falencias más molestosas de “la tintura populista”. Por supuesto, aprovechada por parte importante de “la godarria”, la última, obviamente, en defensa de sus propios intereses.

Esos escenarios son lo que inducen a advertir que a la democracia se le exige eficiencia, por lo que está compelida a atender una abundante diversidad de intereses, en la mayoría de los casos hasta contrarios los unos a los otros y alimentados por virtudes y lo opuesto. Está llamada a manejar la bondad y la maldad. Pero, asimismo, poder, autoridad, recursos, generación de beneficios individuales y generales y es de su esencia que ello se reconozca cuando lo haga bien, pero que se le cuestione en el escenario opuesto. Gobierna a un mundo heterogéneo que deriva desde el “tráfico de influencias a la ambición por posiciones y hasta de enriquecimiento, no exento de ilicitudes”.

Han habido Jefes de Estado que a los pocos días de ser electos se desengañan, pensando que es más aconsejable ser gobernado que gobernante. Se trata, además, de una estadía transitoria en el poder, salvo el caso dictatorial.

A la Venezuela actual se le sacude desde diversos ángulos, entre otros, un régimen que desea permanecer, ante aquellos que integran a “la oposición”, en criterio de algunos, una debilitada, pero que no desea extinguirse (para los críticos “oposición funcional”, por entenderse presuntamente con el gobierno”) y otra actualmente “la mayoritaria”, a la que se mira como una locomotora contra “sirios y troyanos”. La última aduce haber salido victoriosa en el proceso electoral pasado ante el régimen, que alega haber obtenido el mayor número de sufragios.

Es un conflicto con respecto al cual, como en la casi totalidad de los casos, no se vislumbra entendimiento. Mas, por el contrario, “una extrema desavenencia”, circunstancia que conduce a que la oposición al régimen que gobierna acuda, entre otros auxilios, a “la comunidad internacional”, convencida de que la razón de ser de esta última, entre otros transcendentales cometidos, la compele a esforzarse por la consolidación democrática.

Pero, quienes gobiernan, también, acuden, por su lado, en procura de apoyo, a países bajo regímenes en cuya conformación, más que en la voluntad del pueblo, privan filosofías religiosas ultra tradicionales y hasta alimentados por la obsolescencia. “The media” hace mención a países como China, Rusia, Irán, Irak, Turquía, Siria y otros con “cepa” parecida, pero, además, con denodado interés a tener presencia en las Américas. A Cuba se le menciona como la plataforma desde donde operan camino a América y en desplazamiento de la tradicional cooperación con Estados Unidos. El profesor de leyes José Ignacio Hernández enfatiza en el interés del régimen asiático, dada la importancia geopolítica de Caracas y por sus abundantes recursos naturales. El académico pone de relieve una especie de “puja” entre empresas asiáticas, estadounidenses y de otros países (Los préstamos secretos de China y Venezuela: ¿Una nueva relación estratégica?, 14.09.2023).

Ha de descartarse que los apoyos internacionales pudieran ser: 1. Por parte de organismos como la ONU, la OEA y similares, cuya eficiencia depende de la unanimidad de las providencias aprobadas por los Estados que la integran, cuyos efectos suelen quedarse en la buena voluntad de los regímenes cuestionados (en términos exagerados “saludos a la bandera” expresión entendida peyorativamente como “un gesto desprovisto de todo valor y solemnidad”), 2. La decisión unilateral o multilateral de determinados países, calificable como “invasión” (la de EEUU a Panamá en diciembre de l989), excepcionales, sinceramente, hablando y 3. Providencias indirectas de naciones poderosas ejecutadas a través de las fuerzas armadas del país cuestionado, bajo consignas del establecimiento de regímenes presuntamente comunistas, como el golpe de Estado en Guatemala, que apoyara EEUU, para derrocar a Jacobo Árbenz, electo Jefe de Estado por el voto popular (Tiempos recios, Mario Vargas Llosa).

Ha de hacerse referencia, también, a las denominadas “sanciones” encaminadas a restringir los negocios e ingresos de paises con regímenes políticos atípicos, a los cuales se censuran ante la evidencia de que no son efectivos. Esta apreciación ha sido planteada con argumentos sólidos por Francisco Rodríguez (Doctor en economía por Harvard University): “Sanciones, Política Económica y la Crisis Venezolana”, Tabla 6. Actitudes venezolanas hacia las sanciones, temas relacionados: a) Con respecto a las sanciones económicas, petroleras y financieras, usted cree que serán: Perjudiciales 63.0%, b) Qué tipo de impacto considera usted que han tenido las sanciones de los EEUU: Negativo 71.2%, y c. ¿Cómo evalúa usted la situación del país en la actualidad?, negativo 88.4%. El estudio prosigue con consideraciones y preguntas que cuestionan seriamente la eficiencia de sanciones aplicadas por naciones desarrolladas, como los EEUU, en caso de países afectados por la “no democracia o la democracia deficitaria”.

La humanidad no anda bien, es lo que provoca expresar y ello nos lleva hasta los tiempos bíblicos en lo relativo a la humanidad y a su desaparición, lo cual conduce a preguntarse ¿Se acabará el mundo?, cayendo, inclusive, en la imaginería a fin de construir un símil de “El Arca de Noe” a fin de que del diluvio se salven los buenos, razón para pensar que la barca no ha de ser muy grande., por ser los malos más numerosos.

Los psicólogos hablan de “pensamiento dicotómico” cuando se hace referencia a la máxima “todo o nada” expresión con una diversidad de significados, pero el más sencillo pareciera ser “que alguien puede tenerlo todo, pero que sigue siendo nada”. Tal vez, la más aceptable para el propósito de este ensayo sería “la tendencia a considerar que las cosas pueden ser blancas o negras, buenas o malas. No se admiten situaciones intermedias”. El antagonismo extremo que obstaculiza los acuerdos, favoreciendo una absoluta discrepancia alimentada por el desprecio de un lado y de otro. La única alternativa es la de “eres tú o yo”. Y sin posibilidad alguna de reconciliación.

En procura de la esperanza, decidamos alejarnos del diluvio universal y de la perentoria necesidad de una Arca como la de Noe y acudamos a uno de los últimos artículos de un vocero de Dios en Venezuela, el Padre Luis Ugalde, exrector de la prestigiosa Universidad Católica Andrés Bello, quien aconseja: 1. Movilizar las potencialidades nacionales para las indispensables inversiones de decenas de miles de millones de dólares, 2. Crear las condiciones para generar una activación excepcional de inversión nacional y extranjera y con apoyo excepcional de los organismos multilaterales y 3. La disposición a abrir las puertas al capitalismo sano, que contribuya a dar trabajo, generar producción y dar un respiro a la sociedad. Es tarea de militares y civiles, de universidades, de iglesias, de trabajadores y empresarios, con vecinos puestos de pie y unidos, pues sólo uniendo fuerzas podemos hacer de Venezuela un país próspero. No tenemos dudas de que el dilecto sacerdote confía en la utilidad de las transacciones políticas.

El jurista Allan Brewer Carías desde un ángulo mas formal estima que “en 2024 el país está de nuevo en un momento constituyente que impone un cambio radical al orden político constitucional preexistente, que colapsó definitivamente, lo que nos coloca a los venezolanos, querámoslo o no, en la antesala de un proceso constituyente, similar como se dijo, a los que hemos tenido en nuestra historia política, y que el liderazgo democrático está en la obligación de identificar y asumir, como por ejemplo lo hizo en 1945 e incluso en 1958”.

Es el parecer de uno de los más destacados profesores de derecho público en América Latina. Y quien ha convivido con la masa humana que integra las asambleas constitucionales, pues fue un eficiente asambleísta de la que aprobara la hoy vigente Carta Magna.

El académico y amigo, con arraigo en prestigiosas universidades europeas, incluyendo las francesas, con seguridad ha leído el libro “Sin Plumas”, de Woody Allen, una narrativa peculiar con respecto a la toma de la Bastilla, capítulo inserto en la historia de Francia.

Para el cineasta los campesinos asumieron el poder, cambiando las cerraduras del Palacio para que los nobles no entraran, dándose una fiesta, pero estos rescataron la sede obligando a los primeros a limpiarla. Para el cineasta hay algo siempre para rebelarse y alguien dispuesto a hacerlo, pretendiendo desplazar del poder a los opresores, aquellos que por pasarla bien están llamados a defender el statu quo. Los que se rebelan son los oprimidos.

La lectura de Allen genera incertidumbre con respecto a que si esa toma fue la determinante para la Revolución Francesa. Por vía de contraste Cesar Vidal en su libro “El mundo cambió” hace referencia al Concilio Vaticano II y a la Reforma que trajo consigo la idea de la supremacía de la Ley y, consecuencialmente, los pactos sociales en procura de las libertades, el poder público limitado, la elección de magistrados y la separación de poderes. Particular mención hace de la Revolución americana que condujo a una democracia aún vigente, cuyo sostén es un pueblo puritano con una objetiva convicción de la existencia de Dios y de la Biblia. Los padres Fundadores lograron, para Vidal, un pacto democrático a perdurar por siglos (Nuestro ensayo Las Asambleas Constitucionales, agosto 2020).

A manera de ilustración con respecto a la negatividad del “todo o nada”, muy propio de la anarquía, se cuenta que Juan Rivas en Londres saludó con indiscreción a un lord, quien ofendido lo conminó a un duelo, reto con el cual convino el paisano, fijándose lugar, hora, armas y hasta los padrinos para el enfrentamiento. El lord se presenta puntualmente y Rivas no, pero media hora mas tarde acude un nieto del último de 18 años manifestando: “Mr. Lord, The guy says to consider him dead and go to hell”. El lord murió en el mismo sitio por la ira. Pero Rivas vivió 110 años. En política pareciera aconsejable advertir que no en todos los casos opera con éxito “el pensamiento dicotómico”, esto es “el todo o la nada”.

Dios quiera que el cercano devenir provea a Caracas de la baraja, para salir triunfante del juego de naipes a que se hace referencia al inicio de este ensayo. Y que la mano del Señor evite encontrar al carpintero para armar un “Arca como la de Noe”.

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