El 44 % de los alimentos que se venden en los supermercados españoles se empaquetan en plástico a pesar de que no es necesario hacerlo y de que podrían utilizarse otras opciones más sostenibles, como el papel o el cartón, según un estudio elaborado por DS Smith, compañía especializada en embalaje.
Según el informe, para el que se analizaron 1.500 productos, este uso masivo de plástico supone que en el país se utilicen cada año de forma innecesaria 16.600 millones de elementos de plástico.
La mayoría de ese plástico corresponde al embalaje de carne y pescado (84 %), productos lácteos (83 %) y alimentos procesados (78 %), incluidas las comidas preparadas.
Segundo país más dependiente del plástico
El estudio, denominado Material Change Index, ha analizado los materiales de packaging en 25 de los supermercados más populares de seis países europeos: Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, España y Polonia.
Los resultados muestran que España es el segundo país más dependiente del plástico en Europa, con más de dos tercios (67 %) de los alimentos envasados en plástico, solo superado por Reino Unido (70 %). Por detrás Italia (66 %), Alemania (66 %), Polonia (62 %) y Francia (59 %).
Poca presión del consumidor
Aunque España tiene una proporción significativa de productos sin envasar (11 %) por una mayor presencia de panaderías y mostradores de alimentos frescos en los supermercados, las empresas españolas sienten menos presión por parte de los consumidores para cambiar sus envases por alternativas más sostenibles.
Así, solo un 40 % prevé que la demanda de alternativas sin plástico aumente en los próximos años, muy por debajo de la media europea, situada en el 81 %.
Por su parte, Francia es el país donde menos plástico usan los supermercados como principal material de embalaje de alimentación debido, en parte, a la gran presencia de mostradores de productos frescos (como panaderías y queserías) y a las secciones de productos orgánicos que ofrecen alimentos a granel y opciones de recarga para cereales y granos.
El sólido desempeño de Francia también está impulsado por la prohibición gradual de envases plásticos para frutas y verduras frescas, añade el informe.
Según el estudio elaborado por DS Smith, especializada en embalajes de cartón ondulado, el 82,4 % del plástico innecesario podría reemplazarse con alternativas en fibra.
“Las empresas de alimentación están comprometidas con la sustitución de los envases de plástico, pero mientras los objetivos sigan siendo voluntarios, no podremos cambiar la situación”, ha sentenciado el director ejecutivo de DS Smith Packaging Iberia, Ignacio Monfort.
No todo el plástico puede o debe ser reemplazado y no todo puede suceder de inmediato, “pero hay demasiado plástico que nunca será reciclado, por lo que eliminarlo de nuestras cadenas de suministro es clave para reducir los residuos”, ha apuntado.
El elevado coste frena la sustitución
El estudio incluye una encuesta entre productores y distribuidores de alimentos en Europa, que revela que mientras la práctica totalidad (98 %) se ha comprometido a reducir el uso de envases plásticos, una cuarta parte reconoce que no está en camino de lograr los objetivos que se marcaron y un 60 % sólo le quedan dos años para conseguirlos.
Entre los obstáculos a superar, destacan el coste de las materias primas (40 %) y el miedo a que los consumidores no acepten los cambios (39 %).
En este sentido, los productores y distribuidores de alimentos temen que las modificaciones en los envases puedan hacerlos menos competitivos: un 72 % cree que los compradores no estarían dispuestos a pagar más por envases sostenibles, y el 65 % piensa que no querrían sacrificar la comodidad por la sostenibilidad.