La Universidad Santa María (USM) presentó la publicación titulada “Plantas de los tepuyes”, con la autoría del investigador venezolano Charles Brewer-Carías y la coedición de la Vicerectora administrativa de la USM Giselle Petricca.
Para fortalecer la difusión de las múltiples actividades de investigación y extensión la USM presenta su nueva producción bibliográfica en el área de la Ciencias Naturales, titulada “Plantas de los tepuyes”.
Esta edición también tiene su presentación en el formato digital que estará a corto plazo a la disposición de sus potenciales lectores.
Sus autores
Charles Brewer-Carías (1938) es explorador, naturalista, fotógrafo, descubridor de especies animales y vegetales, investigador incansable del macizo guayanés, espeleólogo descubridor de lugares extraordinarios como las cuevas del Cerro Autana, las cuevas del Macizo de Chimantá, que por demás llevan su nombre, explorador de la cima del Sarisariñama, coautor de dos documentales sobre el pueblo Yanomami, así como de libros y textos para publicaciones científicas.
El autor de la investigación “Plantas de los tepuyes” es una leyenda sobre la vastas selvas de la Guayana venezolana. Desde 1961 ha liderado con “valentía y curiosidad” 247 expediciones en los últimos 60 años, revelando los misterios más profundos de la naturaleza.
Sin embargo, es su más reciente creación, Plantas de los Tepuyes (2023), la que “brilla como una joya única en su corona de logros”.
En estas páginas se despliega el “esplendor del mundo perdido, capturando la esencia y la gracia de las plantas, como las heliamphoras, rapateaceas, chimantaeas, orquídeas, helechos, droseras, bromelias, entre otras, que habitan estas majestuosas mesetas”.
Este trabajo ha sido posible gracias al apoyo de Giselle Petricca, vicerrectora administrativa de la Universidad Santa María y coeditora de la obra, señala Brewer Carías.
Sobre la base de esta nueva publicación, la abogado y periodista Giselle Petricca, sostiene que “esta investigación es un legado que entrega la Universidad Santa María al pueblo venezolano y la comunidad internacional interesada en comprender la belleza natural de nuestra fauna y flora autóctona”.
Agregó Giselle Petricca “es hora de cuidar lo propio, con cariño para así preservar la belleza de nuestra maravillosa y rica naturaleza, con este fin hacemos posible este modesto aporte académico como es nuestro nuevo texto: Plantas de los tepuyes”.
Testimonio en historia viva
El investigador Charles Brewer-Carías ofreció su testimonio sobre la producción de esta nueva producción bibliografíca
“El propósito principal de mi nuevo libro es compartir, comunicar y dar a conocer plantas que nadie ha visto antes, así como aquellas que nadie que lea este libro verá jamás”, señaló.
“Esta producción científica también incluye plantas que nunca han sido fotografiadas ni dadas a conocer. Además, busca informar sobre la riqueza y biodiversidad que se está desarrollando en las cumbres de estos tepuyes. El suelo no permite el crecimiento de nada, generando una lucha constante por la supervivencia de todas las plantas y animales que habitan allí, lo cual resulta fascinante para alguien interesado en todo lo que existe”, destacó Brewer-Carías.
Asimismo el investigador agregó que “en los tepuyes, las plantas están sujetas a diferentes cotas altitudinales, determinadas por el régimen adiabático, que es la variación de temperatura con la altitud”.
“Estas plantas han evolucionado para adaptarse a estas condiciones específicas. Sin embargo, el cambio climático actual está causando un aumento de la temperatura, lo que podría obligar a las plantas a desplazarse hacia altitudes más altas en busca de temperaturas adecuadas para su supervivencia”, subrayó.
Además relató que en esta publicación propone “acciones para garantizar la supervivencia de estas plantas, como aprovechar las rampas de los páramos en los Andes para permitir su evolución y adaptación a las nuevas condiciones climáticas”.
El autor relató que “este libro es el resultado de cientos de expediciones, pero hubo un evento muy significativo que posiblemente sea el más crucial para la existencia del libro. Sucedió después del incendio en mi casa debido a un cortocircuito en la biblioteca, donde perdí 6.500 libros y un cuarto de millón de diapositivas. En ese momento, una persona desconocida se ofreció a ayudarme y le propuse escribir un libro. Esta persona, Giselle Petricca, se convirtió en mi coeditora clave y la razón por la cual este libro existe”.
Para finalizar el autor de la investigación agregó: “Me siento muy agradecido con todas las personas que han tenido la oportunidad de ver el libro, así como con aquellas de todo el mundo que lo consideran una obra única. Aunque algunos no lo hayan entendido, estoy convencido de que es una obra maravillosa que será tema de conversación por muchos siglos”.